sábado, 5 de febrero de 2011

Donar la vida

La primera imagen que Ricardo tiene de su padre, con la cual lo recuerda más, es aquella en la que él esta enfermo y en cama; y su padre, sentado a su lado leyéndole un cuento, y besando su frente cuando llegaba la hora de dormir.

Pero esta misma imagen lo lleva a otro mar de imágenes en las que lo recuerda como un hombre amoroso, un hombre que donaba su vida, su cansancio y su tiempo por la gente que en verdad amaba. Aunque esto iba en contraste con su profesión, que le exigía tener un carácter muy fuerte con otras personas.

El hecho de sentir la caricias de la gente con mucho amor, y acariciar con amor, es una característica que Ricardo , está seguro, heredó de su padre.

Hoy, que le ha tocado asumir el papel que su padre decidió asumir hace 25 años, la edad de Ricardo, esta lleno de miedos y cuestionamientos sobre su paternidad. Pero ve a Silvia, la ve mirar su propio vientre y la luz que se enciende en sus ojos, y en él también, enseguida sus ojos muestran una luz de esperanza. Es en esos momentos que él sabe la cantidad de amor que debe salir de su ser para cubrir esta exigencia de cariño que tendrá en pocos meses. Y es que ahora ya no debe darse abasto para acariciar, amar y besar a una sola persona, ahora deber donar todos estos sentimientos a dos personas, y de manera equilibrada.

Y es que hace 25 años, un hombre en la tierra le enseñó lo externo del verdadero amor, con sus detalles y la luz que debe encender en sus ojos cuando mira a alguien con amor. Y hace casi dos mil años, otro hombre le mostró lo interno del verdadero amor, el donar su tiempo, sus espacios mas privados..."su vida" a la gente que uno ama.