domingo, 10 de noviembre de 2013

Las tribulaciones: un buen termómetro


La experiencia de las tribulaciones puede ser buen termómetro de tu proceso de conversión, pues pones en juego la verdadera confianza en Dios, en su misericordia y grandeza de perdón. 

A un cristiano se le esta permitido sentir dolor; pero no devastarse frente a los golpes del mundo, porque los criterios de este no tienen comparación con la leyes de Dios, que nos pide vivir la alegría de ser sus hijos en cada una de la circunstancias de nuestra vida. Ya lo dice mi gran amigo San Francisco de Sales "La santidad se encuentra en el camino que nos abre cada uno de nuestros días, en que se ofrecen a nosotros, con atractivo desigual, los deberes de nuestra vida cotidiana."